Garantizar la disponibilidad ininterrumpida de medicamentos y tecnologías sanitarias de calidad garantizada desde el fabricante hasta los usuarios finales es el objetivo final de los sistemas de la cadena de suministro farmacéutica. Sin embargo, las estrategias para fortalecer los componentes clave de la cadena de suministro son inadecuadas en muchos países de ingresos bajos y medianos (PIBM) y los sistemas no pueden gestionar eficazmente las demandas de los programas de salud locales y globales. Además, el surgimiento de nuevas epidemias, la introducción de nuevos medicamentos y tecnologías y la necesidad de adaptarse a las nuevas estrategias de distribución ejercen presión sobre los sistemas ya desafiados.
