Perspectivas desde Guatemala: mejorando la salud materna de mujeres indígenas mediante un modelo de atención mixto
Perspectivas desde Guatemala: mejorando la salud materna de mujeres indígenas mediante un modelo de atención mixto
En el Altiplano de Guatemala viven comunidades indígenas Mam y K’iche’ con costumbres y tradiciones únicas, incluso en lo que se refiere a la atención materna y neonatal. En estas zonas rurales, las comadronas prestan un apoyo fundamental para las gestantes indígenas y sus familias a lo largo del embarazo: atención prenatal (APN), asistencia al parto y atención posparto.
María*, una madre de 55 años del municipio de Cajola, en el departamento de Quetzaltenango, lleva más de 30 años trabajando de comadrona en su comunidad. Recuerda el día en que, desde el interior de su casa, oyó los gritos de una mujer. “Fui a ayudarla y la encontré arrodillada en el suelo quejándose de fuertes dolores de estómago. Me di cuenta de que estaba dando a luz. En ese momento, no sentí ningún miedo”. María se quedó con la mujer y la ayudó a dar a luz al bebé. Desde entonces María ayuda a las mujeres de su comunidad y las orienta durante el embarazo.
Las comadronas como María son un enlace clave entre las familias indígenas y el sistema sanitario, y su colaboración con los profesionales de salud pública ha aumentado considerablemente en los últimos años. Sin embargo, siguen habiendo oportunidades para vincular aún más las prácticas tradicionales con el sistema sanitario formal con el fin de mejorar la experiencia de las mujeres indígenas cuando buscan atención.
Experiencias de mujeres indígenas con la atención prenatal
Para reforzar estos vínculos y garantizar un mejor acceso de las mujeres indígenas a la APN, Management Sciences for Health (MSH) está ejecutando el proyecto Madres y Bebés Saludables en Guatemala, conocido localmente como Utz’ Na’n, en los departamentos de Quetzaltenango y San Marcos. Además de las intervenciones basadas en la comunidad, el proyecto también pretende generar pruebas y aprendizaje a través de la investigación cualitativa realizada en colaboración con la Universidad del Valle de Guatemala (UVG). Buscan identificar brechas y generar recomendaciones políticas y programáticas para mejorar la disponibilidad, aceptabilidad, adecuación y calidad de los servicios de APN para las comunidades indígenas rurales.
Un reciente estudio etnográfico llevado a cabo por la Unidad de Antropología Médica de la UVG exploró cómo la dinámica compleja de las prácticas y creencias culturales influyen en el acceso a los servicios de APN y la experiencia de mujeres indígenas con la atención de salud. Entre septiembre de 2022 y enero de 2023, el equipo de investigación encuestó a más de 1.300 personas: 317 mujeres embarazadas, 104 comadronas y 906 trabajadores del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS). Los resultados proponen un argumento convincente para integrar las prácticas tradicionales, incluso a las comadronas como profesionales clave, en las normas nacionales de atención con el fin de fortalecer el sistema de atención primaria de Guatemala y mejorar los resultados maternos y neonatales para las mujeres y comunidades más desatendidas.
El papel de las comadronas en las referencias comunitarias de atención prenatal
De las más de 100 comadronas entrevistadas, todas afirmaron que en algún momento del embarazo refieren a mujeres embarazadas a centros de salud que ofrecen servicios de APN. María está de acuerdo: “En mi caso, refiero a todas las mujeres que veo a los centros de salud, ya que allí hacen ecografías. Cada mes varía, pero en promedio refiero a cinco embarazadas—a veces hasta ocho—al centro de salud. Las envío a que les den suplementos de hierro y ácido fólico, a que les tomen la tensión arterial y a ver cómo están la madre y el bebé en general”.
En cuanto a los partos en centros de salud, el 28% de las comadronas encuestadas siempre refieren a las mujeres que atienden a servicios de salud o de atención al parto en centros de salud. Como la mayoría de las comadronas, María ha trabajado con mujeres con embarazos complicados, a quienes tuvo que referir a un centro de atención al parto. Recuerda a una mujer que tuvo un absceso durante el parto. “Le dije a la familia que el parto debía tener lugar en el hospital, y conseguí convencerles”, cuenta María. “El problema se resolvió y ella pudo dar a luz de forma segura a un bebé sano”.
Confianza en el sistema sanitario
A pesar de estas elevadas tasas de referencia por parte de las comadronas y de un alto grado de confianza general en el sistema sanitario entre las mujeres indígenas encuestadas, la mayoría de ellas expresan su preferencia por acudir a una comadrona en lugar de un profesional de atención sanitaria pública en un centro de salud. Aparte del costo de los servicios de APN en los centros de salud, la mayoría de las embarazadas encuestadas (84%) señalaron que la principal razón de esta preferencia era la mayor receptividad lingüística y cultural de la atención. “Muchas familias [indígenas] tienen miedo de ir a los centros de salud porque [los profesionales de salud] no les ven bien. No se sienten bien atendidos”, explica María. “Las instalaciones son muy frías, y muchas mujeres sienten vergüenza porque no les proporcionan una frazada para que se sientan cómodas”.
Esta indecisión se extiende más allá de los chequeos médicos en los centros de APN. “Durante el parto, las mujeres suelen quedarse solas durante largos periodos”, dice María. “Sus familias no siempre pueden venir y quedarse con ellas, y no tienen un apoyo constante como cuando buscan atención de una comadrona”.
Argumentos a favor de un modelo de atención mixto
Alrededor del 78% de las embarazadas encuestadas afirmaron haber consultado tanto a las comadronas como a los profesionales de atención sanitaria en los centros de salud a lo largo de su embarazo, lo que sugiere una fuerte preferencia por un modelo de atención mixto entre las mujeres indígenas de estas regiones. Sin embargo, cerca del 70% indicó que las comadronas y el personal sanitario público deberían trabajar en conjunto para mejorar la calidad de los servicios de APN, y María comparte esta opinión. “Algunos médicos o enfermeras nos piden ayuda como comadronas para acompañar a sus pacientes, pero no todos. No todos confían en nosotras ni entienden lo que hacemos. Estaría bien que nos dejaran entrar con nuestra paciente cuando va a dar a luz, sobre todo porque no todos [en los centros de salud] hablan nuestro idioma”. Estas opiniones también se reflejan en las respuestas de los trabajadores sanitarios encuestados; casi el 90% de los más de 900 miembros del personal del MSPAS entrevistados identificaron la necesidad de recibir formación adicional para ampliar sus capacidades de atención con sensibilidad cultural.
Basándose en el trabajo previo realizado en Guatemala, el proyecto Utz’ Na’n ha logrado avances significativos desde su inicio en 2021 en la movilización de socios locales para reducir las barreras a las que se enfrentan las mujeres indígenas que buscan atención de calidad durante el embarazo. El proyecto también ha ayudado a aumentar el reconocimiento del papel clave que desempeñan las comadronas como profesionales de servicios críticos de APN, especialmente en áreas rurales aisladas. En colaboración con la UVG, Utz’ Na’n está analizando los resultados de la investigación para generar recomendaciones para la promoción de políticas locales con el MPSAS, así como estrategias impulsadas por la comunidad que responden a las principales necesidades identificadas en esta investigación. Este enfoque basado en la evidencia tiene como objetivo reflejar las preferencias y prácticas locales y seguir abogando por una mejor participación de las comadronas como profesionales de confianza dentro de un modelo mixto de atención que satisface las necesidades de las comunidades indígenas en el altiplano guatemalteco.